El futuro de la educación en línea

El futuro de la educación en línea

La educación en línea no es nada nuevo, durante años han existido maestrías en educación enfocadas en formar a educadores para impartir eficientemente clases de manera virtual. Sin embargo, no fue sino hasta la pandemia por la COVID-19 que muchas instituciones tuvieron que adoptar esta metodología.  A medida que se está regresando a la normalidad, este tiempo de crisis permite evaluar lo aprendido con respecto a la enseñanza en línea y plantear la misma como una alternativa a la educación tradicional.

Sin duda alguna, la rápida transición de clases presenciales a educación virtual fue un reto no solo para los estudiantes sino para el profesorado. De este modo, ha sido un aprendizaje para todos los involucrados. En este artículo se resumirán los beneficios y errores que ha tenido este proceso.

 

¿Qué nos enseñó la pandemia sobre la educación virtual?

En principio, existen tres métodos de educación virtual: sincrónica, es decir, en tiempo real, la cual suele impartirse a través de plataformas de teleconferencia como Zoom o Google Meet; asincrónica, que se realiza a través de materiales pregrabados o escritos; y mixta, la cual utiliza ambas modalidades.

Teniendo en cuenta lo anterior, Malik Mubasher Hassan, maestro en Ciencias computacionales de la Universidad de BGSB en India, realizó una revisión de la literatura sobre las ventajas de la educación en línea.

Entre ellas, está la facilidad de acceso, el alivio al sobrecupo, aprovechamiento de las nuevas tecnologías y la personalización de metodologías y horarios según se le facilite al estudiante y al profesor.

Sin embargo, el estudio de Hassan junto con el estudio realizado por Ronny Scherer, doctor en Educación de la Universidad Humboldt en Alemania, dieron cuenta de los errores que se cometieron al implementar la educación virtual de manera abrupta y cómo mejorar de ahora en adelante.

 

educación virtual

 

En primer lugar, Hassan destacó que, aunque las clases en línea pueden facilitar la accesibilidad, por un lado, alumnado con discapacidades físicas, se generaba un handicap  para otros, específicamente para alumnos situados en países en vías de desarrollo, siendo más complejo ya que la tecnología no es asequible para todos y el Internet no está disponible en zonas remotas.

Aun así, gracias a la crisis, los gobiernos se han concienciado sobre la importancia de mejorar la infraestructura y el acceso a tecnologías de la información y la comunicación en todos los países.

Por su parte, el estudio de Scherer estableció que gran parte de los educadores no sentían tener suficientes habilidades tecnológicas para impartir clases en línea. De este modo, se aconseja a las instituciones ofrecer capacitaciones a sus profesores, así como crear guías y normativas claras para ofrecer educación en línea.

 

Aprender online

 

Finalmente, algunos docentes tuvieron problemas para captar la atención de sus alumnos, especialmente los más jóvenes. A esta problemática se presentaron varias soluciones en los dos estudios. Una de ellas, enfocada a los más pequeños, fue informar a los padres de las mecánicas de la clase para asegurarse de que los niños realizasen las actividades indicadas y se conectasen.

Asimismo, se recomienda incentivar la participación y la interacción entre estudiantes puesto que ayuda a que se involucren en la clase y mantengan la concentración. Incluso si es educación asincrónica, esto se puede lograr a través de foros y actividades grupales.

Es necesario que las clases online no sean vistas como una alternativa para los momentos de crisis. Si algo hemos aprendido de la pandemia es que este es un método pedagógico viable el cual debe seguir mejorando.